domingo, 25 de marzo de 2007

SUEÑO....


Esa mirada.
Nunca hubiese imaginado tanta química, tus ojos derrochando ternura, tu boca entreabierta, solo para mostrar esa sonrisa, esa sonrisa que me llega al alma. Todo tú, tan solo dirigir mis ojos hacia ti y encontrarme con los tuyos a medio camino, es pura electricidad que me recorre todo el sistema nervioso.
Es una embriaguez indescriptible, es otro estado, otra dimensión.
Te acercas... dos tres, cuatro pasos a lo sumo, el corazón desbocado, imposible calmarlo en estos momentos. Tus manos, buscan las mías, queriendo alcanzarlas antes, acelerar ese primer roce, esa primera caricia y ya se ha esfumado todo miedo, toda duda, el corazón se calma, ahora si esta seguro de haber encontrado su lugar.
Tus ojos no se apartan ni por un instante de los míos, recorren mi cara y tus manos dejan las mías para apoderarse de mis mejillas, una caricia de tus labios sobre mi boca, solo un suave roce... justo para saborear tu calor, tu olor.
Tu aliento se apodera de mis sentidos, un suspiro. Los poros de mi piel reciben toda tu sensualidad.
Tus manos bajan, revoloteando, rozando a penas mi piel, ansiosas de recorrer todo ese territorio que te ha pertenecido desde tiempos inmemoriales y que yo gustosa lo he reservado para ti, he sido fiel guardián de todos estos sentimientos que solo a ti te pertenecen.
Noto como cambia tu expresión, como tu voz se vuelve más sensual. Un “te amo” entrecortado por todo ese raudal de sentimientos, mis pechos en tu pecho, puedo oír tu corazón, y mis manos acarician tu cuello, tu pelo... suavemente. Un acople perfecto de cada una de nuestras curvas. Excitación, olor, respiración...todo se confunde, se mezcla.
Un momento de calma, y nos quedamos así abrazados reponiéndonos de tanta emoción.
-Es el sitio perfecto, aquí junto a ti quiero quedarme.
Y me miras con infinita ternura, y me sonríes.
Mi boca busca la tuya, mis labios besan cada cm de los tuyos, dejando tras de sí mi huella húmeda y continua recorriendo ese pequeño espacio como si fuera eterno.
Tus labios se abren, aprisionan los míos y todo tú me llenas de tu sabor...un beso largo profundo devorándome poco a poco.
Tus manos apretando mis nalgas, todo mi cuerpo aprisionado en el tuyo, siento una ligera mordida sobre mis hombros y se escapa de mi boca un suspiro largo profundo, y mis manos te buscan con deseo irresistible, desesperado.
Me gusta acariciar tu sexo entre la ropa. Apretarlo fuerte, con ternura, con decisión. Me haces humedecerme y así me tienes.
Desabrocharlo lentamente y notar ese miembro cálido, producto de tanto deseo de tanta pasión, te estremeces al contacto de mi mano, en ese lugar donde todo tu deseo se agolpa.
Te miro, tus ojos entrecerrados por todo ese derroche de placer.
Mis piernas se entreabren para mostrarte el camino de mi humedad, donde ya no cabe más. Y dirijo tu mano justo ahí, sin miedo, con la seguridad de que lo deseas, y me acaricias y me transportas, haciendo de cada roce, de cada gesto un sueño.
Tus manos, tu boca, tus caricias es como si adivinasen cada uno de mis deseos más íntimos.
-¡Bien!...así -me dices-, mientras te voy descubriendo con mi boca, mordiéndote suavemente.
Tu sexo se inflama entre mis manos, entre mis labios, entre mis dientes, con mi lengua, mi saliva.
Quiero que me bebas que me saborees hasta lo más profundo, que sientas mi placer por todos lados.
Nos alimentamos el uno del otro durante largo rato, dejando huella, humedad, sudor calor, agitación.
Quiero que me lo hagas, quiero sentirte dentro de mí, quiero sentir toda esa fuerza dentro de lo más intimo. Hazme el amor.
-¿Quieres aquí?, ¿te gustaría?- me preguntas-
Y justo allí, sobre la mesa me tumbas, abres mis pernas lentamente. Nuestras miradas fijas, clavadas, haciendo de este momento algo inmortal, eterno.
Todo se acopla, tu calidez, tu dureza, tu suavidad entrando lentamente apenas rozando, poco a poco, empujando.
Y sales...entras, botando sin descanso...
Suspirando, jadeando...mis oídos se llenan de tus sonidos confundidos con los mios, resbalando, ..... y una cálida ráfaga de humedad entra, resbala, se desliza, baila, juega, gira.
Me gusta como me amas con esa furia que me acaricia a la vez que me desboca, me transporta a otro mundo. Ya todo es uno, nuestros movimientos, dos máquinas perfectas, y así...mas y mas, hasta que explotamos al unísono, y todo se llena de color, de melodías, de estrellas, de tanta belleza, que pareciera sacado de un cuadro del paraíso, digno de dioses. y todo ese placer va cediendo... dando paso a una infinita ternura, inalterable, desde siempre.


No hay comentarios: