martes, 28 de octubre de 2008

EL BUREAU

Una tarde de viernes apacible.
Mariluz sale a dar una paseo con su marido.
Recorren la pequeña ciudad a orillas del Atlántico. Pasean entre calles sinuosas.Ya deciden volver porque empieza a oscurecer y las tardes noches a orillas de ese mar se covierten en lugares perfectos para cazar por lo menos un resfriado.
De repente divisa desde el coche, una preciosa tienda, una tienda de decoración, de un gusto exquisito. Y allí estaba, ese bureau precioso, ese bureau que desde dentro le sonrie diciendo comprame.
Sin pensarlo dos veces aparcan el coche y Mariluz sale como poseida por ese deseo de hacerse de ese pequeño mueble con el que tantas veces había soñado.
Se adentra en la tienda, no ve nada más que el boureau...nada más de su alrededor le interesa.
Lo mira embelesada, pregunta el precio lo que la llena de alegria. Es una auténtica ganga. Que afortunada se siente, está feliz.
Vuelve acalorada al coche y le cuenta a su marido lo maravilloso del mueblecito. De la medida justa que necesitaba para ese rincón tan acogedor donde suele sentarse a leer.
Sale él a pagarlo. De inmediato le urge llevárselo, quiere ponerlo ya en su rincón. Así que deciden llevarselo puesto, allí mismo se lo envuelven en plásticos y entre prisas y sudores consiguen meterlo en el maletero.
Que contenta de vuelta a casa...
Al llegar, ya son las ganas de ponerlo en su lugar y comprar esa preciosa lámpara,unas flores, la foto de su hijo y algunos pequeños detalles de cerámica completarán la decoración del boureau de sus sueños. Sentada en su rincón favorito, disfrutando de esa adquisición tan afortunada que ha hecho esta tarde...pero quizás debería ponerle algún pañito para no estropearlo.
Así que rebusca en unos cajones hasta que da con él ((seguro que quedará perfecto)).
Y es en ese justo momento cuando descubre al mirarlo de cerca, a la luz de la lámpara, un agujero sospechoso...y otro, y otro más. Empieza a ponerse nerviosa hasta que llegan a la conclusión que le han dado "gato por liebre". !Está lleno de polillas! y su casa seria el lugar ideal para esos malditos bichos entre sus libros.
¡Con lo contenta que venía con su mueble! Así que a la mañana siguiente a envolverlo de nuevo y de vuelta a la tienda.
Aquí van algunos consejos útiles de "como no hacer el tonto cuando se va a comprar algo"
1º.- No tener prisa por llevarte a casa el objeto del deseo
2º.- Procurar comprar de dia y no despues de las 7 que ya no hay claridad ,(para ver bien lo que compras.
3º.- Revisar el objeto de deseo de arriba a abajo ,por delante y por detras .
4º.- llevar las gafas de aumento (sea la hora que sea)por si tiene imperfeciones
5º.- No dejarse llevar por las "gangas" ya lo dice el refrán "el dinero del mezquino anda dos veces el camino"
6º.- No fiarse jamás de las apariencias

viernes, 10 de octubre de 2008

NO FUÉ CASUALIDAD


MusicPlaylist
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Le preguntó cual era su canción preferida.
Olympia quería saber esos pequeños detalles de César. Sentía la necesidad de escribir sobre él, ese hombre que había tomado forma y se había colado en sus pensamientos de una manera tan tierna, que por nada del mundo quería dejar de sentir ese raudal de buenas sensaciones.
Habían pasado solo un par de semanas y sin embargo pareciera que el tiempo había cobrado un sentido mucho más grande, enorme.
Le costaba mucho poder hablar de todo lo que sentía, porque había pasado tan poco tiempo que apenas tenía referencias y sin embargo, una fuerza extraña le empujaba a seguir escribiendo.
Le pareció un hombre atractivo, de una sencillez exquisita, un hombre discreto pero con un gran corazón, y con una sensibilidad enorme. De eso estaba segura. Lo descubrió desde el principio.
No era un hombre como los demás. Era alguien que merecía la pena, así que abrió todas sus puertas, las de su alma y su corazón para darle paso en su vida. Para que entrase con toda su transparencia.


Imaginó la temperatura de sus manos... perfecta, reconfortante y tibia. Era como sentir la magia del primer roce cuando dos pieles intercambian palabras.
Era ese encuentro de almas, esa sensación inexplicable y arrebatadora de ver crecer el embrión de lo que un día se transformara en algo más.



Había perdido todo el miedo, solo anhelo era lo que abrigaba en su interior.Cartas de anhelo, abarrotadas, desbordadas de nostalgia contenida y un callado deseo de verlo, de oírlo, de tenerlo cerca. Las hojas del cuaderno estaban casi llenas pero no arrancó ninguna.


Ya se había sentido así una vez, cuando tenía 18 años y nunca imaginó que volvería a ocurrirle de nuevo, pero aquí estaba, escuchando esa canción que la transportaba a esos años de juventud, llenos de inquietud y entusiasmo.
Solo conseguía imaginar el momento en que pudiera sumergirse en sus ojos y olvidarse
del resto del mundo, solo entonces tendria esa paz, cuando se sintiese cerca de él, cerca de la perfección. La perfección de las escasas relaciones humanas en las que no solo hay comunión del corazón, sino también del alma.
Aunque tanta proximidad, tanta fuerza en tan poco tiempo era algo que la asustaba, decidió quedarse con él cuando comprendió que era un disparate no dejarlo entrar en su vida.
A veces no sabía si lo que quería era hacer real todo lo que sentía, aunque la verdad de las cosas nunca eran reales.
Quería creer que lo que imaginaba en ese momento era verdad y que podía amar a ese hombre que apareció en su vida sin avisar.
Ojala entendiese lo que le atraía tanto. Era una mezcla de orgullo y admiración, una alquimia perfecta del cuerpo y del espíritu.
De nuevo el corazón le latía con fuerza de solo pensar en él.
Siempre había sido una mujer valiente y esa valentía también se reflejaba en cada una de las decisiones que tomaba en su vida cotidiana. La esperanza era un riesgo que había que correr. Ahora se sentía extraña porque él la tenía dulcemente desconcertada.
A su edad, en la plenitud de su madurez, esta nueva ilusión llenaba su vida, la parte esa de mujer, esa a la que hacía tiempo guardaba celosamente, solo por cuidar su propio corazón.
Y llegó él sin más pretensiones que compartir pequeñas vivencias, pequeñas ilusiones.
César empezaba a ser el protagonista de sus pensamientos más íntimos.
No había sido cosa del azar, estaba convencida que ese encuentro no era casual, esas dos almas estaban predestinadas a encontrarse.
Los sueños son sumamente importantes. Nada se hace sin que antes se imagine.