miércoles, 6 de febrero de 2008

¿PERMANECEMOS ABIERTOS AL AMOR?



Hay momentos en que nos gustaría mucho ayudar a quien queremos mucho, pero no podemos hacer nada: o las circunstancias no permiten que nos acerquemos o la persona está cerrada a cualquier gesto de solidaridad y apoyo.

Entonces solo nos queda el amor. En los momentos en los que todo es inútil, aún podemos amar...sin esperar recompensas, cambios, agradecimientos.

Si conseguimos actuar de ese modo, la energía del amor empieza a transformar el universo que nos rodea. Cuando aparece esa energía, siempre consigue hacer su labor. "El tiempo no transforma al hombre. El poder de la voluntad no trasforma al hombre. El amor transforma", dice Hemry Drummound.

El amor trasforma, el amor cura, pero a veces el amor construye trampas mortales y acaba desruyendo a la persona que decidió entregarse por entero. ¿Qué sentimiento complejo es ese que, en el fondo, es la única razón para que sigamos vivos, luchando, procurando mejorar?

Sería una irresponsabilidad intentar definirlo, porque como todos los seres humanos, yo solo he conseguido sentirlo.

Lo único que se puede transmitir es la idea del sentimiento (en una escultura, en poemas, películas, etc), pero no el sentimiento en sí.

Es importante descubrir este sentimiento en las pequeñas cosas, en la más insignificante de las actitudes que adoptamos, por lo que es necesario tener presente el amor cuando actuamos o dejamos de hacerlo.

Descolgar el teléfono y decir esa palabra cariñosa que guardábamos, pedir perdón, exigir un derecho que tenemos, saber decir "sí" y "no", porque el amor contiende con todas las energías del hombre.

Y, cuando nada de eso sea posible, cuando lo que queda sólo es soledad, entonces recordar esta pequeña historia de Paulo Coelho.


"Una rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna acudía a posarse en sus pétalos.

Sin embargo, la flor seguía soñando: durante sus largas noches, imaginaba un cielo en el que volaban muchas abejas, que acudían, cariñosas, a besarla. De este modo, conseguía resistir hasta el próximo día, cuando volvía a abrirse con la luz del sol.

Una noche, al enterarse de la soledad de la rosa, la luna preguntó:

-¿No estás cansada de esperar?

-Tal vez, pero necesito seguir luchando.

-¿Por qué?

-Porque, si no me abro, me muero.


En los momentos en que la soledad parece menoscabar la belleza, la única forma de resistir es seguir abierto.


6 comentarios:

Magia dijo...

Me ha encantado que consideres una irresponsabbilidad definir el amor pq sólo has conseguido sentirlo, yo a veces lo he intentado, pero creo que habiéndolo sentido no hay palabras para describirlo

kether dijo...

Así lo siento, magia.
Cualquier definición seguro que quedaria "coja" o por lo menos yo no me encuentro con la capacidad de hacerlo.
Sentirlo es otra cosa y sobre todo permanecer abierto a él en el mas amplio de los sentidos.
Un beso y gracias por tu comentario.

Anónimo dijo...

Ya sabes que siempre te digo que escribes muy bien y no es por adularte (ni amor de hermana), me gustan mucho tus reflexiones, ¿por qué considerar una irresponsabilidad definir el amor? cuando tú estás proyectándolo día a día a tus hijos, tu familia, tus amigos, tus alumnos...... ¿Es que acaso sólo puede quedar relegado este menester a grandes poetas y filósofos?
Totalmente de acuerdo con lo que escribes sobre ello y las pequeñas cosas.
Un beso. Puri

Unknown dijo...

He aterrizado, no sin tropiezos, en este lugar del laberinto dónde se
reflexiona acerca del amor y he optado por entregarme a la tentación
de comentar. Paso a la acción. Como no aparece la opción de enviar
comentarios he decidido hacerselo llegar a esta dirección.

El amor... "esa palabra" tan llena y tan vacia.

"El amor todo lo vence" dice, creo, San Pablo. Conlleva un esfuerzo de
comprensión profunda y requiere aceptación incondicional. Por eso
vence las dificultades. Incluye la pasión, pero va más allá de ella.
Contiene el compromiso, pero va más allá de él. Implica el cuidado en
su sentido profundo, promoción de la VIDA y tambien lo supera.

Necesitamos del amor para vivir. Sin él no habriamos tenido la
oportunidad de crecer al abrigo de la matriz, no habríamos podido
experimentar el desgarro de la separacion que al nacer nos permitió
la vida. Sin él no habríamos recibido los alimentos, las caricias, las
reglas, los saberes que nos permiten transitar por la vida y
protegerla.

Señalas que tiene un objeto: lo amado, eso hacia lo que se dirige y su ausencia es
un vacio. Un inmenso hueco al que llamamos "soledad".

Comento:
Somos sensibles a lo que nos interesa y solo nos importa aquello que
hemos aprendido a considerar valioso. Al parecer la rosa del cuento no
aprendió, o tal vez ha olvidado, la variedad de experiencias hermosas
por las que abrir sus pétalos igualmente valiosas y placenteras,
aunque distintas, al cosquilleo de una abeja libadora de polen. Su
propia existencia es una de ellas.

Cuando la rosa, al fin, aprenda esto o recuerde, si acaso lo habia
aprendido, encontrará en si misma el sentido a la tarea de abrir los
pétalos cada mañana y cerrarlos cada noche.

Así qeu AnaF-Kether, quizas nos convendria aprender a amarnos a
nosotros mismos, porque, Amarse a Uno Mismo, además de una condición
para amar a otros es incompatible con la sensacion soledad. La
transforma en tiempo, una oportunidad para vivir con uno mismo.

Saludos cordiales.

Julia

Anónimo dijo...

estoy muy de acuerdo con lo que dide sobre el amor Julia,es cierto que una flor en este caso la rosa,se abre para tomar el sol y disfrutar de la claridad del día ,así que sigue entrando en el blog ,¡ésto se está poniendo interesante!,Un beso muy fuerte para mi hermanita,¡mua.....!de tu hermana Puri

Anónimo dijo...

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